
Introducción
Usar cuajo para quesos puede parecer sencillo, pero pequeños errores pueden arruinar un lote completo. En la elaboración de quesos, la precisión lo es todo: desde la temperatura de la leche hasta el origen del cuajo. Este artículo revela los cinco errores más comunes al utilizar cuajo para quesos y cómo evitarlos para garantizar un producto final de alta calidad. Si estás comprometido con lograr quesos consistentes, sabrosos y bien estructurados, esta guía es para ti.
1. No controlar la temperatura de la leche
El cuajo para quesos necesita condiciones térmicas ideales para actuar correctamente. Si la leche está muy fría o caliente, la coagulación falla. Asegúrate de mantener entre 30 y 37 °C.
2. Mala dosificación
Usar demasiado cuajo para quesos puede dar sabores amargos, y usar poco provoca una cuajada frágil. Sigue siempre las recomendaciones del proveedor.
3. No disolverlo adecuadamente
El cuajo para quesos debe mezclarse en agua fría antes de agregarse a la leche. Disolverlo mal implica que partes de la leche no coagularán igual.
4. Agitar excesivamente
Una vez que agregas el cuajo para quesos, no agites con fuerza. El movimiento debe ser suave y uniforme para lograr una cuajada homogénea.
5. Ignorar la procedencia del cuajo
Elegir un cuajo para quesos sin certificación o procedencia confiable puede poner en riesgo tu producto. Proveedores como Lacver aseguran cuajo de calidad, con respaldo y asesoría.
Conclusión
Evitar estos errores te garantizará una producción de queso más eficiente y con mejores resultados. El cuajo para quesos es una ciencia y un arte.