Introducción

El proceso de cuajado es uno de los pasos más delicados en la elaboración de quesos. Incluso pequeños errores pueden causar pérdidas de producto, alteraciones de sabor o una textura inadecuada. Por eso, si estás buscando optimizar la calidad de tu queso, es crucial entender los errores más comunes al usar cuajo para quesos y cómo corregirlos.

Usar cuajo en leche a temperatura incorrecta

Uno de los errores más frecuentes es no calentar la leche a la temperatura ideal. Si está muy fría, el cuajo actúa lentamente; si está demasiado caliente, puede destruir enzimas esenciales. La temperatura ideal está entre los 32 y 37 °C.

Exceso o falta de cuajo

El equilibrio es fundamental. Usar demasiado cuajo puede dar lugar a sabores amargos o textura gomosa. Usar poco, por otro lado, hará que la cuajada sea débil y poco consistente. Se recomienda seguir la dosis del fabricante, que suele ser entre 1.5 y 3 ml por cada 10 litros de leche.

No disolver bien el cuajo

Agregar el cuajo directamente sin disolverlo en agua sin cloro puede generar una distribución desigual. Esto produce zonas con diferentes texturas o coágulos mal formados.

Mover la leche después de agregar el cuajo

Una vez que agregas el cuajo, es importante dejar reposar la mezcla sin moverla durante al menos 30 a 45 minutos. Cualquier movimiento interrumpe la formación del gel y da como resultado una cuajada frágil.

No ajustar el pH de la leche

El cuajo necesita un entorno ácido (pH cercano a 6.5) para actuar de manera eficiente. Si la leche es demasiado alcalina, el proceso será lento o incompleto.

Mala conservación del cuajo

El cuajo debe almacenarse en condiciones óptimas: refrigerado y en envase cerrado. Si se expone a luz, calor o aire, pierde efectividad rápidamente.

No usar leche fresca o de buena calidad

Aunque tengas un excelente cuajo, si la leche está contaminada, muy ácida o con residuos de antibióticos, el cuajo no funcionará bien. La calidad de la materia prima es crucial.

¿Cómo prevenir todos estos errores?

  • Utiliza termómetro y cronómetro en cada lote.

  • Ajusta el pH si es necesario con fermentos o cultivos lácticos.

  • Capacita a tu equipo sobre los pasos críticos del proceso.

  • Usa cuajo para quesos de alta pureza y confiabilidad como el que ofrece Lacver.

Conclusión

Evitar errores al usar cuajo para quesos es más sencillo de lo que parece si se siguen buenas prácticas. Controlar temperatura, dosificación y reposo hará una gran diferencia en la calidad del queso final.

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